Soft Skills


Años atrás, las habilidades no técnicas y los valores de los profesionales se infravaloraban. Las empresas esperaban que sus empleados supieran cómo desenvolverse en el entorno profesional. Asumían que todo el mundo contaba con iniciativa, compromiso y generaba el correcto entorno laboral. Pero esto ha cambiado bastante. Con la liberalización y la apertura de las economías, la competitividad se ha recrudecido y ahora las multinacionales compiten entre ellas pero también con pequeñas start-ups.
Ésta es una era de cambios constantes en la que las habilidades no técnicas han cobrado un gran peso.
Profesionales con buenas capacidades pueden asegurar la capitalización de los recursos y capacidades técnicas de la empresa.
Descubre algunas de las habilidades que puedes necesitar:

Innovación y creatividad:
Cuento con amplia experiencia en desarrollo de productos, nuevos formatos publicitarios e innovación en la gestión. Siempre trato de encontrar formas nuevas de hacer las cosas y resolver los problemas a partir de aplicación de soluciones creativas. Así mismo, me gusta inspirar (y hacer coaching) a otros para que hagan lo mismo. Para ello me sirvo de herramientas clásicas así como de nuevos procesos de consultoría de innovación. Con el objetivo de crear partiendo del concepto.
Porqué siempre hay una forma mejor de hacer las cosas.

Liderazgo y trabajo en equipo:
Estoy acostumbrado a dirigir equipos multidisciplinares y multiculturales, motivándoles y trabajando para lograr los objetivos con un estilo de dirección basado en el trabajo en equipo; formando parte del equipo, no simplemente dirigiendo. En mi opinión, no importa lo grande o pequeño que sea un equipo, siempre será mejor que un grupo de individuos por bien dirigidos que estén.

Adaptabilidad:
He pasado por alimentación (FMCG), productos financieros, ocio o seguros… Y en cada uno de ellos, he adaptado el conjunto de todas mis experiencias al nuevo objetivo, mercado o cliente. Esta experiencia me ha enseñado a utilizar diferentes perspectivas y también a cambiar del todo la forma de comprender un concepto cuando es necesario y motivar a los demás a que me sigan. Porque una empresa no puede encallarse en un punto concreto, y los profesionales que la forman, tampoco.

Proactividad y emprendimiento:
Tanto dentro como fuera de las empresas en las que he trabajado, siempre trato de empezar nuevos proyectos y promover el cambio. Esto me ha llevado a involucrarme en todo tipo de actividades dentro de mis puestos de trabajo y también a desarrollar proyectos fuera de los mismos: desde una red social hasta una editorial, o a abrir nuevos canales para compañías ya en funcionamiento.

Orientación a resultados (y análisis financiero):
Mi forma de trabajar está siempre orientada a alcanzar, (y hacer alcanzar), las metas establecidas, siguiendo o superando las previsiones esperadas. Creo que es necesario hacer que las cosas pasen y que obtengan el resultado que se espera en cada momento.

Orientación al cliente:
Los negocios se basan en sus clientes, en cómo los entendemos y en cómo les damos lo que quieren, del modo que lo quieren. Cada acto de una empresa se refleja en sus clientes (sean del tipo que sean), por ello necesitamos trabajar siempre por la excelencia y ofrecer la experiencia que cada cliente se merece. Para construir relaciones beneficiosas tanto con clientes internos como externos, estoy convencido que la clave es conocerles.

Ética profesional:
Y todo lo que hago sigue un código de conducta. Para mi ser ético es la mejor manera de generar auténtica confianza: y la confianza es la base de los negocios.